viernes, 1 de junio de 2007

Oh cielos, oh cielos

¡Mis (dos) lectores pierden interés!

Esto es inquietante.

Primero que nada debo decir que: no, olvídenlo.

¿QUÉ PUEDO DECIR A PARTE DEL HECHO DE QUE EL OCASO (OSCURO PERO SUBLIME) GALOPANTE PERO CALMADO, ME ROBA EL ALMA PARA PROVEERLA DE UNA MEJOR CALIDAD DE VIDA (CUAL CANADÁ SUBPOBLADA QUE RESGUARDA BAJO SU HOJA A MEXICANO DESEMPLEADO)?

Nada. No puedo decir nada.

No hay... cosa que decir. No se puede saber las cosas (dado que siempre cabe la posibilidad de que todo sea una ilusión), y siendo el lenguaje un medio para la transmisión de ideas (que provienen de una realidad de existencia dudosa) todo el tiempo mentimos (o, cuando mucho, somos muy, MUY presuntuosos).

Repentinamente me siento muy mal.

Ya no quiero escribir.

Adios.

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